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30 Años del Projecto: 1991 -2021

Creer en el azar a veces vale la pena: mientras que en Roma el 27 de mayo de 1991 el Parlamento ratificaba la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de los niños y los adolescentes, en Fano nacía "La ciudad de las niñas y los niños".

El proyecto concebido por Francesco Tonucci tiene una intención política precisa: el protagonismo de los niños en el gobierno de la ciudad. Hacer del niño un parámetro de cambio implica un cambio de perspectiva para todos los actores sociales involucrados, en primer lugar los alcaldes y administradores locales.

Son varias las ciudades italianas que se han sumado al proyecto en estos treinta años, construyendo una red internacional con América Latina, España y otros países. En este periodo de tiempo, la apuesta de la Red por la participación de niños y niñas y la urgencia de recuperar el espacio público para el juego libre se han traducido en propuestas como “El Consejo Infantil”, “En la escuela vamos solos”, “Planificación participativa ”.

30 anni che giochiamo per voi

El Laboratorio Internacional pensó que la mejor manera de celebrar el aniversario del Proyecto es crear una serie de actividades e iniciativas para compartir con todos aquellos que durante los últimos 30 años se han dedicado a promover la participación infantil dentro de sus ciudades, convirtiéndolas en niños- amigable.

Una primera iniciativa fue reconstruir, desde diferentes perspectivas y mundos, las experiencias de las distintas ciudades involucrando directamente a los protagonistas que hicieron la historia de nuestro Proyecto: políticos, académicos, militantes y otros. Los testimonios recibidos, que respondieron a la pregunta "¿Qué significó para mí el proyecto Ciudad de las niñas y los niños?", nos permitieron crear una colección, que presentamos con la Carta (la carta en versión completa y traducida al italiano fue publicada en El libro de Francesco Tonucci "¡Si los niños dicen ya basta!") que Hermes Binner, político argentino y alcalde de la ciudad de Rosario, escribió a Francesco Tonucci en el año 2000. Es un documento precioso porque recoge las valoraciones de un alcalde, que no sólo Desarrolló el proyecto en su ciudad, pero lo extendió por su provincia, su país y toda la región latinoamericana.